El territorio biológico en el que se desarrolló nuestra por mucho tiempo fue conquistado. La superficie de la tercera gran masa gravitatoria desde el sol, nuestro planeta; se ha ido desolando poco a poco, es decir, la política, el comercio mundial, las grandes ciudades, y la mayoría – por no decir todos – los sistemas humanos han colapsado y con ellos también el orgullo humano. Todos fueron vencidos y avergonzados por un muy poderoso aunque diminuto contrincante: el virus “X-RL”, el cual se ha propagado por el aire de los más grandes asentamientos humanos, entra al cuerpo a través de la piel, por los poros, y una vez dentro es encubado por los rayos gamma del sol; hasta ahora ha sido imposible curarlo, la plaga se salió de control. Las entidades y laboratorios terroristas y organismos políticos que lo desarrollaron, lo estudiaron y “lo manejaban” han sucumbido ante su implacable propagación, la humanidad ha recurrido al exilio subterráneo en las regiones alejadas de los centros de ciudad, dejando atrás esas antes llamadas grandes ciudades, buscando evitar la radiación directa del sol, filtrando toda luz solar, agua y aire que obtenemos de la superficie.
Las ONGs, los productores de alimentos limpios del virus, y asociaciones de médicos, científicos y familias son ahora los organismos que controlan los “pequeños mundos subterráneos”. La mayoría de personas (se especula), que permanecen en pequeñas y medianas asociaciones de supervivencia aislada pero en busca de relaciones con otros pequeños mundos cercanos, varios pocos han conformado sistemas complejos de comunicación y trueque de servicios, conocimiento y materias primas, y sólo algunos se han dado a la ardua y peligrosa tarea de buscar más sobrevivientes o mundos vecinos, la mayoría obligados por falta de recursos, como alimento, medicación, agua, siendo este ultimo uno de las principales preocupaciones de estos nuevos organismos sociales.
La última acción de muchos gobiernos, en el instante de la alarma global, fue develar y entregar diferentes mecanismos, herramientas e ideas en proceso de desarrollo a sus amigos de las clases altas y algunos otros gobiernos que contaban con el material para distribuirlos en ciertos sectores “desfavorecidos”, es decir faltos de “favores”, políticamente llamados de mediana y baja posición socioeconómica; siendo este el último de los “actos humanitarios” de los sistemas de gobierno.
Aunque muchas de estas “herramientas de supervivencia de avanzada”, como fueron llamadas en los medios de comunicación, no son para nada útiles o aplicables a este escenario humano, otras son simplemente de manejo muy complejo y sus “instrucciones” están en un idioma que no comprendo. Uno de los más importantes –al menos en esta parte no delimitada del mundo- , no sólo por su utilidad en esta situación sino por su fácil manejo y su distribución indiscriminada alrededor del mundo por el ex gobierno canadiense fue el proyecto “Adam´s Clay”, que se encontraba en una etapa de estudios y pruebas avanzados, es un material de construcción de “underground sheleter´s”(como escribió alguien en mala digitación en sus instrucciones en inglés, lo que denota la presura por distribuir el material al público global) es decir refugios subterráneos, desarrollado para casos de amenaza de radiación atómica o bombardeo. El material se comporta como una arcilla, es de color plateado pero opaco y al contacto con el cloruro de sodio disuelto en agua, “…o sal común en H2O”(para citar sus instrucciones), comienza a endurecerse, pero una de las mejores cualidades que se desarrollaron fue su “cultivación”; al enfriarse a una temperatura de -22° en un recipiente con agua o hielo, las células del material, ¡sí células! –fue sorprendente para mi saber hasta dónde había llegado la genética militar, yendo más allá de las armas biológicas– llegan a su escenario más fértil y empiezan a “comerse” el hidrógeno del agua, dejando el oxigeno puro, lo que también resulta muy útil al estar confinado al mundo de la tierra y aumenta su volumen hasta un 800% aproximadamente en un cultivo de 4 a 8 meses, ya que no se puede conocer o controlar su comportamiento exacto. El paquete básico de supervivencia Adam´s Clay está compuesto por 5 kilos de “arcilla” y un equipo básico de excavación de baja profundidad, aunque en las manos correctas esto varía.
En un mes cumplimos 8 años desde que dejamos la superficie, aunque cada uno se ha escapado al menos a ver un amanecer en una larga noche, hemos dejado atrás un poco la nostalgia y desde hace un tiempo para acá hemos decidido intentar mejorar nuestro nuevo mundo.
